Aunque no existe un límite preciso entre la exposición y la
argumentación, son dos técnicas que se
diferencian por el propósito y el tipo de información. Ambas
tienen como base el nivel cognitivo, pero la
exposición tiene como objetivo esencial dar a conocer algo,
informar sobre un conocimiento,: sin pretender
mayores compromisos de adhesión o de lograr efectos
perlocucultivos de persuasión.
En cambio, la argumentación va más allá de la simple información o
exposición de un conocimiento: su objetivo es formular razones para sustentar una verdad, planteamiento u opinión a
fin de convencer a otros ( el lector) para que acepten nuestro punto de vista y se adhieran a él, para que
adopten una determinada actitud, tomen una decisión o ejecuten una acción. Los textos de estructura
argumentativa están articulados en cuatro categorías:
2. Formulación de la hipótesis: Suposición que se hace sobre
un hecho. Respuesta tentativa a un problema.
3. Demostración de la
hipótesis por medio de argumentos.
4. Hipótesis comprobada
o refutada.
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